GARCILASO Y EL NEOPLATONISMO. APROXIMACIÓN A UN SONETO

Sainz Paz Francisco Javier

Introducción.

Creo que cuando se lee el soneto XIII de Garcilaso de la Vega, se debe tener presente que el escribió acerca de una nueva forma de interrelación humana, donde cada individuo es capaz de expresar su subjetividad sin importar cual sea esta, donde el amor no es una relación carnal, sino un trato de iguales, donde la sabiduría y la pasión conviven de la forma más humana posible, locuaz rompe con la tradiciones establecidas por las cortes del siglo XVI para mostrarnos muchos de los errores que se sucitaron en ese tiempo y que actualmente se cometen.

Objetivo.
Evaluar la capacidad de manejo de información y de presentación en un texto escrito sobre uno de los temas del programa.

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A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
el árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la cusa y la razón porque lloraba!1


Al analizar este soneto, se debe tener presente la carga ideológica que, aunque no quiera el autor explícitamente mostrar, de forma tácita lo hará. Tal es el caso del ferviente neoplatonismo y el hermetismo del siglo XVI que eran, rigurosamente controlados por la sociedad del discurso de la corte2.
Ya que la corte ejercía un, casi total dominio sobre las ideologías que durante ese siglo se presentaban, y con ellas conservaban su
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hegemonía ideológica, política y económica, era difícil para cualquiera expresar su subjetividad de una forma que contradijese al Rey y a su corte. Empero, no imposible. Garcilaso de la Vega, escritor de cual se podría decir que mantuvo resistencia a los ideales mercantilistas de la corte, mostró sus valores humanos, mismos de que la sociedad del discurso, o cúpula en el poder carecían. Doy la premisa de que la corte carecía de valores humanos, pues dentro de una cúpula, donde la intención de relación entre los sujetos es la denominar, por cualquier método, al otro, no pueden existir valores humanistas donde el objetivo de las relaciones no sea la de emanciparse y, para nada dentro de las cortes, se procuraba esta situación3.
Ahora, el hecho de que Garcilaso de la Vega, se halla salido, mediante su retórica de esa sociedad del discurso, tiene que ver con su formación adquirida del Neoplatonismo y del hermetismo. Ambas doctrinas, se complementaba a la perfección, pues la percepción de la realidad a través de los sentidos, es nodal. Ya que se proponía que
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el conocimiento no era creado sino descubierto por el hombre, la escritura era la herramienta que Dios utilizaba para que el hombre obtuviese conocimiento y, en realidad, no lo comprendería del todo, sino que únicamente tendría la capacidad de hacer interpretaciones del texto, mismo que no ayudaría a descubrir los misterios del mundo, mismo que fue creado con los elementos que dieron pie al nacimiento del hombre, el fuego, el agua, el aire y la tierra.
No sólo los griegos tenían la creencia de que el conocimiento venía de los dioses, en Egipto el dios Thot, el dios de la escritura, era el inventor de todas las palabras, del lenguaje articulado; se decía que codificó las ceremonias que transforman a los muertos en espíritus, y sólo los sacerdotes podían tener acceso a este conocimiento, también estaba relacionado con la música como inventor de la lira. Su poder sobre las palabras le hacía estar al corriente de las fórmulas mágicas y enseñaba las fórmulas capaces de liberar del mal a los que quería conservar la vida4. Su representación griega Hermes y la romana Mercurio, conservaban la imagen del dios egipcio, pues el neoplatonismo que daba pie a que la
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magia explicara fenómenos naturales y humanos a través de la fuerza motora del universo, el amor, el Eros.
Los cuatro elementos, el agua, el fuego, el aire y la tierra, estaban representados en cada persona, sin embargo había entidades que representaban en especial a una. Apolo, el dios sol, representaba al fuego, mientras que Dafne al ser ninfa del río, representaba al agua. El fuego y el agua son elementos completamente opuestos, mientras uno es colérico, el otro es sensible al mundo. Sin embargo se complementan para seguir con el curso del Eros.
Dafne, al ser hechizada por Cupido, no correspondía al amor de Apolo por ella, sin embargo, cuando ella se convierte en árbol de laurel y Apolo, se gana la corona de laureles, simboliza la naturaleza del Eros, donde dos entidades conforman la unidad del mundo, esa unidad de la que hablaba Platón donde gracias a ella mantenemos nuestra humanidad y el rumbo del mundo.
Esta unidad ni siquiera debe ser carnal, pero debe exaltar los sentimientos del amor. Este tipo de relación será el objetivo de varias creaciones artísticas. Este tipo de unidad traerá mucho sufrimiento a los amantes, veamos el caso de Apolo.
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Aquel que fue la causa de de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
el árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la cusa y la razón porque lloraba!5

<<…Ahora bien, no se trata ya de sufrimientos corporales o morales provocados por la mortificación de los sentidos y de la voluntad, sino que el alma sufre la separación y la repulsión en el momento mismo en que más vivo el ardor de su amor está. Se podrían citar cien páginas en que vuelve el mismo lamento del alma, “el abandono divino, supremo tormento” sobre “este vacio profundo…hambre cruel de tres clases de bienes que pueden consolar el alma, es decir, los bienes temporales, naturales y espirituales”; “sobre esta impresión de rechazo, en fin, que es una de las más maduras del estado de purificación”…>>6
Esta concepción del mal ereos, muestra que no es la unidad carnal la que está planteando Garcilaso, sino la unidad espiritual

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que los reúna en la unidad del eros, que es lo creo yo que representa la propuesta hecha por Platón.
“… toda poesía de occidente procede del amor cortesano […] ” y “debe también su vocabulario pseudo místico…”7; un lenguaje místico que memora las tradiciones clásica, mismas que están de la mano con el conocimiento hermético que contiene muchas alusiones heréticas para e dogma cristiano, mismas que tienen que ver con la naturaleza, la creación d Dios. Además de que hay una intención de poner en un mismo plano lo divino y lo humano, lo que representa una asunción de la herejía gracias a la retórica que busca avalar los actos que, como Carlos V, amenazaron a la Iglesia y le restaron poder al sublevarla a un régimen.
Creo relevante mencionar que el amor que siente Apolo por Dafne ella por él, para nada podría ni debe ser encasillado dentro de o que se llamaría desmedido o desmesurado, pues, el amor no es realmente un triunfo de los instintos sobre la razón de uno. Al contrario; siento yo que el dolor que se manifiesta en Apolo cuando sólo puede observar la transformación de Dafne, es causado por el hecho de que no podrá estar más con ella, sin embargo, comprende
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que la unión ente ellos trasgrede a la unión carnal para convertirse en algo puro, llamo puro porque se manifiesta, ahora en él, una transformación donde emerge como dios de la sabiduría al obtener la corona de laureles.
Pero tampoco fue la razón la que venció a los instintos, pienso yo que Apolo se convirtió en un ser apolinicamente dionisiaco y dionisiacamente apolinico, lo que conlleva a un grado de conciencia donde el pensamiento nos conduce a una revaloración de nuestro entorno y de nuestros semejantes, sobre todo a las formas de interrelación con las que las cúpulas en el poder han logrado prevalecer y que han propagado.

Conclusiones.
Creo que la principal argumentación de Garcilaso, en este soneto, es el mostrar al amor como un acto apolinicamente dionisiaco y dionisiacamente apolinico, pues gracias a esa visión, podemos reflejarnos en la experiencia estética del autor para crear una conciencia transformadora en los lectores y además cumple con su función emancipatoria8 ya que al mostrarnos nuevas formas de relacion que se oponen a la enajenación capitalista basada en la explotación del hombre por el hombre y por el contrario, muestra un ideal de convivencia social, donde la fantasía y los sueños se puedan expresar sin represión o sin la necesidad de qu e las norma sociales corten nuestras aspiraciones como humanos, como individuos, como pareja y como sociedad.
Bibliografía.

Vega, Gracilazo de la. Poesías. “parte del Soneto número XIII” Direc. y selec. De Ernesto Sábato. Argentina, Buenos Aires. Lozada, 1998. Pág 186. (Col. “poetas hispanoamericanos de ayer y hoy”).


Rougemont, Denis de. Amor y Occidente.Trad por Ramón y Joaquín Xirau. México. Editorial Leyenda, S.A., 1945. Págs. 350.
Sánchez Vázquez, Adolfo. “La estética terrenal de José Revueltas”. Cuestiones estéticas y artísticas contemporáneas. 2ª. Ed. México. Eds FCE, 2003. Págs 68-81. (Col. “Filosofía).

Cotterell, Arthur. Diccionario de mitología universal. “Próximo oriente. Egipto, Sumeria, Babilonia, Canaán, Asia menor, Persia y Arabia”.1ª Reimp. México. Ariel, 1992. Pág .66. (Col. “Ariel, 82”).

FIN
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