Tuesday, May 12, 2009

Ensayo acerca de la obra El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi.

Francisco Javier Sainz Paz

El Periquillo Sarniento fue escrito en los años de la Revolución de Independencia y aunque se sabe que el autor no ejerció la “crítica de las armas”, de forma inmediata, podemos decir que utilizó su producción intelectual a favor de la independencia, ejerciendo “las armas de la crítica” con el fin de educar a la sociedad y mostrarle la necesidad de su emancipación basándose en los ideales ilustrados y toda esta tradición de pensamiento, que asimiló Lizardi para aplicarla en su realidad concreta. La manera en que realiza esto en El Periquillo Sarniento es a través de la sátira, misma que causó tal impacto en la sociedad que estuvo preso en varias ocasiones. Sin embargo su plena publicación se realizó en 1927, cuando ya había triunfado la Revolución de Independencia, lo cual denota que también jugó un papel de justificación de lo que encausó a la revolución y que se vea con aspectos positivos a las clases medias.
Podemos apreciar que la obra está permeada por un materialismo que lleva a Lizardi a creer en que son las condiciones en las que se vive, lo que determina la forma en que el hombre se desempeña en la realidad que vive; de esta premisa parte para pensar en que transformar la condición del hombre es posible, así como es posible educarlo para que el se transforme así mismo. Esto es también lo que hace que en la novela se definan las causas y circunstancias históricas de la conducta picaresca, lo cual se ve en la narración de cómo Periquillo llega a la condición de pobreza. Pero esta narración se ve como un devenir donde Periquillo viene de una clase media y llega a convivir con lo más bajo de la estratificación social, con lo cual, Lizardi nos logra mostrar la situación de la sociedad. Entiendo que la literatura no es un reflejo de la sociedad, empero, la literatura como fenómeno social logra portar la concepción del momento histórico de su creación, al menos la perspectiva del artista.
La sátira de Lizardi no se contenta con mostrar lo gracioso, lo pintoresco, lo ridículo o lo cínico, de todos lo estratos y la mayoría de los oficios de la sociedad, pues su intención es mostrar a un sistema en el cual y por el cual, estos individuos, actantes que evocan a una realidad muy concreta, se comportan de la forma en que lo hacen. Un ejemplo es su concepción de la nobleza como clase ociosa que funda su poder en el privilegio heredado que se transmite de padres a hijos, concepción que asimila de la tradición ilustrada y reconoce que la problemática radica en la educación, pero esta vista en distintos niveles de esencia social, donde el aristócrata debe ser educado para mandar, para ser la cabeza intelectual y el resto de la sociedad debe ser educada para obedecer, para realizar el trabajo físico que se necesita para sustentar a la nación, mismo que no envilece al hombre.
Otro aspecto es que reconoce a todo el sistema colonial como el medio para la explotación, es decir que la organización política de la sociedad está destinada a ella, así como la organización social que sería la educación, la religión y la cultura. Estos son aspectos generales que encuentro en la obra y que ejemplificaré con el capítulo XXI “Cuenta Periquillo la pesada burla que le hicieron los presos en el calabozo, y don Antonio concluye su historia.”
Al inicio, cuando se llevan a Periquillo a otro calabozo nos dice:
Por mi desgracia, entre tanto hijo de su madre como estaba encerrado en aquél sótano, no había otro blanco más que yo, pues todos eran indios, negros, lobos, mulatos y castas, motivo suficiente para ser en la realidad, como fui, el blanco de sus burlas.1
Periquillo que perdió su condición económica de clase media se encuentra con las clases más pauperizadas de la sociedad, mismas que no son caracterizadas de forma distinta pues todas padecen de la misma hambre como se narra cuatro párrafos más adelante. Su burlan de él ya que es difícil ver a un criollo en tal decadencia social y ser considerados como ladrones, cuestión por la cual los presos dicen que la única diferencia entre el robo de un rico y de un pobre, es la cantidad de dinero que se roban:
— ¿Conque, amigo, también usted ha caído en esta ratonera por cucharero? ¡Buena cosa! ¿Conque también los señores españoles son ladrones? ¡Y luego dicen que eso de robar se queda para la gente ruin!
— Note canses Chepe —decía otro—; para eso todos son uno, los que tiene es que yo y tú robaremos de un reboso, un capote, o alguna cosa ansí; pero éstos, cuando roban, roban de a gordo2.
Por parte de los grupos más pauperizados, es interesante ver como no distinguen de clase social entre los grupos sociales que tienen mejor condición económica que ellos, pues para ellos, todo aquel con piel blanca es rico o con ciertos objetos de nulo acceso para ellos debido a su nivel adquisitivo tan bajo también lo es, es decir, no desnudan la apariencia fenoménica y no entienden que Periquillo no es rico y que no lo fue, sino que por sus estudios tenía una posición económica que le permitía tener ciertos artículos lujosos o que al menos no denotaban pobreza. La nula educación de estos sectores se hace tangible entonces También es interesante como Lizardi iguala a dos sectores opuestos, ricos y pobres, pero se denota que ambos deben ser educados, como veremos más adelante.
Con el torrente de orines que arrojan sobre Periquillo en varias ocasiones, él se siente realmente denigrado:
¡Válgame Dios! ¡Y qué acongojado no sentí mi espíritu aquella noche al advertirme en una cárcel, enjuiciado por ladrón, pobre sin ningún valimiento, entre aquella canalla, y sin esperanza de descansar siquiera con dormir por la razones que he referido3.
Es importante destacar lo que significa el mostrar Periquillo denigrado, pues este representa a un estrato social y es a todo ese estrato al que se está representado aquí y en toda la obra, lo cual también nos puede remitir a quién es el lector de la obra, la clase o grupo social que más a leído la obra. No es a los sectores pauperizados dado que en la mayoría de los casos ni siquiera sabían leer. Pienso yo que era aquel sector que desarrollaba su fuerza de trabajo de modo intelectual, es decir, en algún sector donde la división del trabajo es más especializada y se necesita de un especialista para que desempeñe esa labor y ese sector eran los criollos. Y creo esto porque a mi parecer, la intención de Lizardi es hacer reflexionar sobre su condición de vida y posibilidades de desarrollo en esa en esa organización política y social que viven.
Más adelante, cuando don Antonio le dice a Periquillo que lo va ayudar para que lo saquen de ese calabozo, se suscita este diálogo:
— ¡Ay amigo! —le dije—, que me parece que se avergonzará en vano; porque ese comitré es muy duro e incapaz de suavizarse con ningunos ruegos del mundo.
—No se aflija usted —me contesto—, porque yo sé la lengua con que se le habla a esta gente, que es con el dinero, y así, con cuatro o seis reales que le demos, verá usted como todo se consigue4.
Para la clase media y pauperizados, se denota que no es posible suavizar a la justicia, de ser sensible ante la condición en que se vive, pero para aquellos que su nivel adquisitivo sea alto, con un soborno se puede realizar esto. “Poderoso cavallero es don Dinero” escribió Francisco de Quevedo para mostrarnos este fenómeno. “Relaciones sociales ente objetos, relaciones materiales entre personas”, esto es lo que podemos ver. Acerca de la tradición picaresca, me gustaría agregar que la utilización que hace de ella Lizardi no es la común, pues su intención no sólo es ridiculizar a sectores sociales, va más allá, la supera, ya que conserva la tradición picaresca, la destruye y la eleva, pero gracias a las concepciones ilustradas que asimiló. Empero, no creo que este proceso de superación hegeliana de la tradición picaresca haya sido conciente, pues no tengo la información de si Lizardi tuvo contacto con la obra de este filósofo, sin embargo, estas ideas ya estaban dentro de la esfera intelectual del proyecto de la modernidad ilustrada.
En otro párrafo, más adelante, Periquillo expresa que no sabe como dar gratitud de lo que su amigo don Antonio hace por él y piensa:
Yo no tenía palabras con que significar mi gratitud a Don Antonio, después que entendí (porque me lo dijo otro preso) todo lo que había hecho por mí, pues el apenas me aseguró que no me mortificara más. Este es el verdadero carácter de un buen amigo y de un caritativo, no jactarse del beneficio que hace, hacerlo sin mérito y tratar aún de que no lo sepa el agraciado para que no le cueste el trabajo de agradecerlo. Pero ¡qué pocos amigos hay de éstos! Y ¡qué pocas caridades se hacen con tanta perfección! Ordinariamente las más caridades, o favores que llevan este nombre, suelen hacerse más bien por pasar plaza de generosos y buenos cristianos (lo que a la verdad es hipocresía) que por hacer un beneficio, y esto es puntualmente contra el orden mismo de la caridad, pues Jesucristo dijo que lo que de la mano derecha no lo sepa la mano izquierda.5
A don Antonio se le pone en el mismo plano que a Periquillo y lo pone como un buen amigo y cristiano. Si recordamos que cuando Periquillo cae en desgracia nadie de sus amigos y parientes lo quiso ayudar y que este hombre que también cayó en desgracia, perteneciente a su grupo social, lo ayudó, podemos encontrar representaciones de grupos sociales en estos sectores. Que ellos se tienen que ayudar mutuamente para salir adelante pues nadie más lo hará, pues a la corona no le importa el destino de la Nueva España y los sectores pauperizados están para sustentar económicamente a la nación, no para dirigirla, por lo que son los criollos los que deben realizar esta labor. Pero también, a todos aquellos que no tienen esta actitud los tacha de malos cristianos utilizando como de autoridad a Jesucristo.
Este buen amigo también decide continuar el relato de su desgracia a Periquillo, pero lo hace con el fin de:”…por cuanto aprenda a conocer el mundo y sus ardides”6. Es decir, busca educar a Periquillo con respecto a estas contradicciones que tiene su mundo.
Al final del relato de don Antonio, cuando el Marqués le dice que se considere preso, el relata:
Considere usted el sobresalto que me ocuparía al verme preso, y sin saber el motivo de mi prisión; pero mucho más sofocado quedé cuando preguntándolo el Marqués, le dijeron que por contrabandista, y que, en achaque de géneros suyos, había pasado la noche antecedente en una buena porción de tabaco ente los tercios, que aun debían estar en su bodega; que la denuncia era muy derecha, pues por menos venía que por el mismo arriero que enfardeló el tabaco; por señas que los tercios más cargados eran los de la marca T; y por último, que de orden del señor director prevenían al señor marqués contestase el particular y entregase el comiso.7
Más adelante le dice a Periquillo:
Dos años hace que habito las mansiones del crimen, reputado por uno de tantos delincuentes; dos años hace que sin recurso lidio con las pérfidas del Marqués, empeñado en sepultarme en un presidio, que hasta allá no ha parado su vengativa pasión; porque después que con infinito trabajo he probado con las declaraciones de los arrieros que no tuve ninguna noticia del tabaco, él me ha tirado a perder demandándome el resto que dice falta a su principal; dos años hace que mi esposa sufre un honrosa prisión, dos años hace que yo tolero con resignación su ausencia y los muchos trabajos que no digo; pero Dios que nunca falta al inocente que de veras confía en su alta Providencia, ha querido darse por satisfecho y enviarme los consuelos a buen tiempo, pues cuando ya los jueces engañados con la malicia de mi poderoso enemigo y con los enredos del venal escribano de causa, que lo tenían comprado con doblones, trataban de confinarme a un presidio, asaltó al Marqués la enfermedad de la muerte, en cuya hora, convencido de su iniquidad, y temiendo el terrible salto que iba a dar al otro mundo, entregó a su confesor un carta escrita firmada de su puño, en la que, después de pedirme sincero perdón, confiesa mi buena conducta, y que todo cuanto se me había imputado había sido calumnia y efecto de una desordenada y vengativa pasión.8
El Marqués lo hace encarcelar pues les estorba en sus planes de conquistar a su esposa, soborna a todo la organización política y jurídica con tal realizar sus deseos. Los nobles modifican y utilizan las leyes y las estructuras a sus deseos y esto sucedió con asunto que en realidad era un capricho individual, pero si esto pasara con cuestiones que quisiera impulsar estos nobles para enriquecerse más. Creo que este es el mensaje detrás de esta parte del relato. Lo único que ya puede salvarlo es Dios con su favor, lo mismo sucede con todas las instituciones que solo velan por los intereses de la nobleza.
Estas son algunas de las cuestiones que a mi parecer Lizardi busca enseñar en este capítulo, pues creo su preocupación central es la enseñanza, es decir, que la toma de conciencia de las contradicciones que existen en el mundo transforma la realidad; esto podría decir si no es por que también participó en el movimiento armado, habría que analizar las condiciones en las que la hizo, pero ambas corresponden con la teoría ilustrada del progreso de la sociedad a través de la toma de conciencia, e incluso los métodos son los mismos pero aplicados a la realidad latinoamericana.
Bibliografía
Fernández de Lizardi, José Joaquín. “Capítulo XXI. Cuenta Periquillo la pesada burla que le hicieron los presos en el calabozo, y don Antonio concluye su historia.” El Periquillo Sarmiento. Pról. Jaime Erasto Cortés. México. Promexa, 1979. Págs. 217-227. (Col. “Clásicos de la Literatura Mexicana”).

1 comment:

Anonymous said...

Hello. And Bye.